Me tocó renovar el DNI, con lo que ahora no sólo tengo un Documento Nacional de Identidad físico, sino también electrónico. No sé si lo sabréis, pero cuando te dan el DNI nuevo, te sueltan también un papelote como los que te dan los bancos con el número secreto de las tarjetas. El papelote contiene el pin del DNIe que, al ser un código aleatorio, te recomiendan cambiar.
Para realizar tal cambio puedes usar las maquinolas dedicadas para tal fin que existen en las comisarías donde expiden estos DNI. Mi suerte quiso que el día que yo fui, el sistema operativo de la maquinola -Windows XP para más señas- estuviera colgado.
Como no hay muchas ganas de volver y tengo, casualidades de la vida, un lector de DNIe, me propuse cambiar el pin desde casa, a fin de cuentas todas las publicidades relacionadas con esta modernidad aseguran que este trámite se puede hacer desde cualquier ordenador conectado a Internet.
¡Ja!
Es más, ¡ja, ja, ja!
(Nótese la reiteración).
No voy a negar que haya una forma de conseguirlo, pero yo decidí desistir a la tercera vuelta por el bucle de la página web oficial en el que caí al ir a la sección de cambio de pin y leer el supuesto manual que me instaba a descargar un programilla mediante un enlace que me devolvía a la sección de cambio de pin donde, si ese programa está colgado, juro que fui incapaz de verlo.
Por no mencionar la odisea previa para la instalación del certificado electrónico que contiene mi DNI, certificado electrónico oficial y NO seguro, hecho que no me extraña conociendo ya las múltiples incompatibilidades de las páginas oficiales del Estado. Me molesté en tomar dos imágenes acreditativas. La calidad es mediocre, pero se intuye la aberración.
Podréis deducir de las fotos que mi sistema operativo también es XP, como el que utilizan las máquinas que en las comisarías cambian los pines. Ni con esas. Porque para qué intentarlo desde el iMac, si todo pasa porque no se molestan en implementar las webs del Estado para otros navegadores que no sean iExplorer.
En fin, que sigo con el pin original y me tocará acercarme de nuevo a la comisaría a ver si esta vez la máquina funciona.
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