Mirad, lo que os voy a contar no es la más optima de las soluciones, pero sí es un recurso que en algún momento os puede ahorrar trabajo para salir del paso.
Hoy por hoy, todo es optimización para dispositivos móviles, de hecho la web va camino de tener que orientarse casi exclusivamente para ese tipo de pantallas, dejando las de sobremesa en un segundo lugar, ¿os suena eso del «mobile first«? Pero siempre está ese cliente puñetero o ese usuario final exigente al que le da por ver vuestro trabajo en su televisor HD y os dice con su voz más odiosa: «Pues en mi pantalla se ve todo muy pequeño y con mucho fondo por los lados…» ¿¡En serio!? ¿Quién ve las webs de artículos de lectura en sus televisores? La gente. La gente ve cualquier cosa en cualquier tipo de dispositivo porque para eso somos muchos, con demasiado tiempo y con multitud de formas de enfrentarnos a la misma sencilla y pequeña página web.
Lo ideal, en estos casos, sería ponerse a diseñar una nueva disposición para que nuestra web encajara también en pantallas «enormes» al igual que ya lo hace en las de las tabletas y las de los móviles… o, por qué no, contar con una ordenación de parrilla o cuadrícula al más puro estilo Pinterest, de manera que los elementos se agrupen de uno en uno, dos, tres o veinte dependiendo de cada pantalla. Pero muchas veces este tipo de presentación no es compatible con lo que necesitamos o con lo que nos han pedido y, si somos un poco rastreros, a ese usuario de antes le hubiéramos contestado: «¿Es que no sabes usar el zoom de tu navegador?» ¡Eureka!, ¿y si obligamos a la página a hacer zoom aunque el inútil de turno no sepa? Pues dicho y hecho.
